28/11/2014

Coincidiendo con el estreno de Sexo en Nueva York 2

Reflexionando sobre el contenido de la película SEXO EN NUEVA YORK, quiero iniciar este artículo con una frase de su protagonista CARRIE BRADSHAW en el que después de una computadora y una relación sentimental fallidas, su reflexión es: «Después de todo, las computadoras se rompen, la gente se muere y las relaciones se terminan. Lo mejor que podemos hacer es respirar y reiniciar».

Pues bien, después de haber reiniciado y respirado en alguna ocasión y de ayudar a muchos matrimonios a intentar hacer este “reset” tras su vida matrimonial, lo cierto es que existen caminos mucho más sencillos, que el presentar una demanda contenciosa de divorcio o negociar un convenio regulador. Evidentemente que cuando existe una crisis matrimonial debemos forzosamente acudir al juzgado correspondiente para obtener nuestra sentencia de divorcio.

Pero después de haber tramitado innumerables separaciones y divorcios, mi pregunta es: Porqué no regular los efectos de una posible ruptura matrimonial cuando los cónyuges están plenamente felices? Me vengo a referir, a que si en el momento en que estamos felices en nuestro matrimonio efectuamos un CAPITULO MATRIMONIAL en el cuál repartamos nuestro patrimonio, lo haremos de una forma completamente equitativa y mirando por el interés de ambos cónyuges, encontrando una solución equilibrada. No obstante, si este mismo reparto, lo efectuamos en el procedimiento de divorcio, desaparece total equidad, y entramos en una guerra judicial que lo único que hace es prorrogar este “reset” o reinicio del que hablaba la protagonista de la película.

En España existen TRES TIPOS DE CAPITULOS MATRIMONIALES, el de participación, el de gananciales o bien el de separación de bienes, siendo éste último el que se aplica por defecto en Catalunya y Baleares, para aquellos cónyuges que no hayan elegido expresamente uno distinto. No voy a entrar a analizar cada uno de los regímenes matrimoniales, ya que en todos existen pros y contras, mi consejo es crear un capítulo distinto para cada matrimonio, ya que al igual que no todas la bodas son iguales, los divorcios tampoco.

Cuando un matrimonio decide divorciarse existen dos esferas muy importantes a considerar, la primera es la jurídica y la segunda es la personal, en la jurídica es el abogado quien debe dar la solución y quien durante unos meses será el compañero y guía del cliente, pero quizá la más difícil de dar solución, es la personal, el poder respirar y reiniciar de nuevo, circunstancia que estoy convencida que sería mucho más fácil, si al tiempo en el que gozamos de esa felicidad, actuamos para que en momentos difíciles, el camino sea mucho más corto, económico y sin tanta repercusión psicológica.

Al igual que existen determinadas patologías que se pueden llegar a prevenir haciendo un reconocimiento médico a tiempo, existen muchos divorcios que pueden llegar a ser mucho más rápidos, sencillos, económicos y con una menor intromisión en el ámbito personal, efectuando un capítulo matrimonial a tiempo.

Fdo. Ltda. Carolina Valiente García
ARBITRIUM ADVOCATS