28/11/2014

¿Y con la casa que hacemos?

El amor viene y va, pero las hipotecas no perdonan, así que hoy en día cuando se produce una separación, aparte de asumir la perdida, y tratar de superar la situación, una de muchas cuestiones que los cónyuges se preguntan es; que hacer con, lo que hasta entonces, había sido su hogar.

Cada caso es diferente y por ello primero se tiene que estudiar las circunstancias personales, laborales y económicas de los cotitulares. No obstante lo anterior lo habitual es plantear las siguientes posibilidades:

1.- La venta: La primera opción, se trata de romper completamente los vínculos con la otra persona, y empezar de cero, por lo que se procedería a la venta y al reparto de las ganancias. Lo ideal en estos casos es hacer una tasación para conocer el precio de mercado ir reduciendo progresivamente el mismo si no existen compradores interesados. Con el precio obtenido se liquidan las cargas comunes, se autoriza la totalidad de la hipoteca, se cancela registralmente la misma y se paga plusvalía y con el sobrante se reparte por mitades iguales o según el porcentaje de titularidad.

2.- El alquiler: Es la opción perfecta cuando el valor del piso no es lo suficiente alto para obtener beneficios de la venta, pero se quiere mantener su propiedad, sacándole una rentabilidad mensual. La mayoría de las personas evitan esta opción por el miedo a que los inquilinos cambien o no sean los adecuados, para ello existe una solución sencilla y efectiva realizar un seguro de impago de Alquiler y quedar cubierto en caso de que los arrendatarios se conviertan en ocupas o dejen de pagar.

3.- Ceder el uso a una de las partes: Esta es la opción más corriente sobretodo en casos con hijos menores. Es una buena opción, ya que se mantiene la posición de propietario, y además se puede ajustar a la situación personal de cada pareja, se puede hacer de forma temporal o vitalicio, renovable, y llegar a un acuerdo por el pago de la hipoteca. Además este derecho de uso puede quedar asegurado al registrar la sentencia o el convenio en que se cede el uso en el Registro de la Propiedad.

4.- Adjudicar la vivienda a una de las partes: Para casos en que la diferencia entre los recursos económicos de una y otra parte es mayor siempre hay una posibilidad positiva para ambos, vender tu mitad en favor del otro cónyuge, lo que facilita la separación, y compensa a cada una de las partes, una recibe efectivo para reiniciar su vida, y la otra parte pasa a ser propietario de todo el inmueble, además de suponer un ahorro en impuestos frente a una venta a terceros. En este proceso lo importante es tener a una tercera persona especializada para determinar el precio de la venta, y valorar el inmueble, teniendo en cuenta todos los factores, como la economía de ambos, el valor del inmueble, cuanto se ha pagado y cuanto queda de hipoteca.

Espero que alguna de las opciones encaje en vuestro contexto, aunque a parte de estas soluciones generales, existen otros caminos, pero que deben aplicarse con buen criterio y precaución, ya que, como ya he dicho antes, cada caso es único, y para ello es necesario que un profesional medie entre ambos, en Arbitrium Advocats hace más de diez años que nos dedicamos a derecho de familia, os ayudaremos a encontrar una solución hecha a medida.